Causas
de hipoglucemia diabética
La hipoglucemia diabética, una complicación aguda a corto plazo del tratamiento y autotratamiento de la DM con insulinas, no es agradable. Las insulinas, por sí, no causan la hipoglucemia a menos que la cantidad y el tipo de insulina inyectados no correspondan a la alimentación actual o la actividad física requiera de más alimentos y/o menos insulina que las calculadas, empleadas y presentes en el cuerpo.
La alimentación y la actividad física sí tienen importancia en causar
la hipoglucemia diabética. Pero, la causa principal y
prácticamente exclusiva es un exceso de insulina exógena inyectada,
relativo a las necesidades del cuerpo.
Con la actual prevalencia del tratamiento intensivo de DM, es decir, el uso de insulinas basal y prandial en 3 ó más inyecciones diarias o de insulina entregada subcutánea y continuamente con la microinfusora (o "bomba") de insulina, la hipoglucemia puede ser más frecuente y más severa que con el tratamiento convencional, que consiste en menos de 3 inyecciones de insulinas diarias.
¿Las
hipoglucemias severas repetidas causan daños irreparables en el
cerebro?
Se sabe que la hipoglucemia diabética produce disfunción cerebral temporal,
por ejemplo, confusión, cambios en la vista, somnolencia. Desde
la producción de insulina exógena en el último siglo, se ha teorizado
que la hipoglucemia severa frecuente o repetida destruía ciertas
funciones o capacidades mentales (por ejemplo, memoria a corto y
largo plazo, atención, velocidad de reflejos motores, aprendizaje y
resolución de problemas abstractos).
Por tanto, cuando las ventajas del tratamiento intensivo de la DM empezaron a verse hace más de 29 años, la pregunta lógica era: ¿Son susceptibles al daño cerebral las personas adolescentes y adultas con DM que tienen episodios recurrentes de hipoglucemia severa?
Resultados
de los estudios científicos 1993 y 2006
El estudio pionero DCCT
del 1993 mostró que el tratamiento intensivo proteje los nervios, los
ojos, los riñones y el corazón de las complicaciones diabéticas, que
resultan de la hiperglucemia diabética crónica.
Para resolver la incertidumbre acerca del efecto teóricamente dañino de la hipoglucemia sobre el cerebro, en 2006 unos investigadores utilizaron los datos del DCCT para analizar a 1059 personas participantes, divididos entre el tratamiento convencional y el intensivo. El período de seguimiento de estas personas fue durante 18 años.
Los del grupo de tratamiento intensivo tuvieron mejor control de la glucosa en sangre (GS) y también experimentaron más hipoglucemia e hipoglucemia severa. La hipoglucemia severa se consideraba la de que la persona que vive con DM no está conciente o la que no puede revertirse sin la ayuda de otra persona.
El resultado del análisis fue claro: el funcionamiento mental y la capacidad cerebral de funcionar fueron idénticos en los dos tipos de tratamiento. No hubo diferencias de capacidad entre las personas con DM del grupo de tratamiento intensivo y las del grupo de tratamiento convencional.
Los investigadores concluyeron que la frecuencia y severidad de los episodios de hipoglucemia no tuvieron efecto sobre la capacidad mental de adolescentes y adultos.
"Durante el promedio de 18 años de seguimiento de los sujetos, ni el grupo de tratamiento previo ni la exposición a hipoglucemia grave recurrente condujeron a disminuciones en el funcionamiento cognitivo en ninguno de los ocho dominios cognitivos."
Estos 8 dominios estudiados incluyeron: la resolución de problemas, el aprendizaje, la memoria a corto plazo, la memoria a largo plazo, el procesamiento de información espacial, la atención, la eficiencia psicomotora y la velocidad motora.
Significado
de los estudios
Los resultados de estos estudios para nada eliminan nuestra
responsabilidad de seguir tratando de prevenir la hipoglucemia cueste
lo que cueste.
El automonitoreo de la GS y el conocimiento de la dosificación variable correcta de las insulinas y de los factores (alimentos, actividad física) que influyen en ella permitirán que la persona que vive con DM evite la hipoglucemia casi siempre. No obstante, la hipoglucemia ocasional puede presentarse.
La prevención de la hipoglucemia es más segura y conveniente que su tratamiento. El automonitoreo frecuente y un conocimiento pesonalizado del cuerpo y de su respuesta a las insulinas, la comida y la actividad física posibilitan la prevención temprana de su desarrollo.
El descubrimiento del inicio del descenso del nivel de GS nos da la ventaja de poder reducir o eliminar la hipoglucemia severa.
Pasos
para remediar la hipoglucemia antes de que se vuelva severa
La hipoglucemia existe cuando el monitoreo del nivel de GS indica que
es menor de 71 mg/dL. La hipoglucemia se trata para elevar la GS
a un nivel superior a 70 m/dL e inferior a 100 mg/dL.
Una tableta
de 4 gramos de glucosa subirá la GS más o menos 20 mg/dL, en 5 a 15
minutos. Cada gramo eleva la GS de un adulto no obeso
aproximadamente 5 mg/dL.
Para no anular los efectos benéficos del tratamiento intensivo, es decir, menos complicaciones diabéticas a largo plazo, es esencial siempre tratar la hipoglucemia para que no llegue a ser hipoglucemia severa.
No es lógico ocuparse con el tratamiento de los signos y síntomas de hipoglucemia. Estos signos y síntomas pueden durar 30 - 45 minutos después de que la glucemia sea normalizada. Los síntomas y signos de hipoglucemia no son productos de la insulina ni de la hipoglucemia en sí.
Los signos de hipoglucemia incluyen:
Los síntomas de hipoglucemia pueden incluir:
La ingesta de más azúcares y carbohidratos (CHO) que los necesarios para normalizar la GS no ejerce ningún efectos sobre los signos y síntomas hipoglucémicos. De hecho, el consumo de CHO adicionales puede provocar la hiperglucemia moderada o severa unos minutos u horas después.
Los síntomas y signos de hipoglucemia no son productos de la insulina
ni de la hipoglucemia, sino de otras hormonas, principalmente la
epinefrina (también conocida como la adrenalina).
La adrenalina, igual que el glucagon, acompaña la hipoglucemia y promueve la conversión de glucógeno a glucosa en el hígado. Debido a la vida media de la epinefrina inyectada, la mitad de la adrenalina sérica que produce los síntomas de hipoglucemia sigue circulando en la sangre por aproximadamente 20 - 60 minutos después de que la GS se normalice.
Los efectos duraderos de esta hormona pueden causar una persistencia de los signos y síntomas de hipoglucemia, aún cuando el automonitoreo indique que la GS ya se ha sido normalizada.
Como consecuencia, es preciso proporcionar sólo y justo un tratamiento efectivo (1 - 12 gramos de CHO) para la hipoglucemia y no intentar seguir tratándola con más CHO, aún cuando el nivel de GS se haya normalizado.
El propósito del tratamiento de la hipoglucemia no es eliminar sus síntomas. El continuar la ingestión de azúcares ou otros CHO hasta que los síntomas desaparezcan es un factor común en el rebote hiperglucémico causado por el tratamiento excesivo de la hipoglucemia, sea con alimentos o con tabletas de glucosa.
Referencias
Cox DJ, Kovatchev BP, Gonder-Frederick LA, Summers K, McCall A, Grimm
KJ, Clarke WL. (2005). Relationships between hyperglycemia
and cognitive performance among adults with type 1 and type 2
diabetes. Diabetes Care, 28(1):71-77.
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Jacobsen AM. (2006). Abstract Number 750232: Effects of intensive and conventional treatment on cognitive function 12 years after completion of the DCCT. American Diabetes Association Scientific Sessions, June 9-13, Washington, DC.
Jeffrey, S. Medscape Medical News. DCCT/EDIC: No cognitive impairment from tight blood glucose control in type 1 diabetes. 2006. https://www.medscape.com/viewarticle/539081